Por Michelle Cruz
Cada noche
de lunes a viernes los moradores del sector de San Bartolo, empiezan a observar
como las carpas y los carritos de comida se empiezan a instalar por las calles
de dicho sector. Los comerciantes a partir de las seis de la tarde empiezan a
encender las hornillas y a llamar la atención para que empiecen las ventas.
Doris
Almache (FUENTE), madre de familia de 3 niños, nos cuenta su historia de como
decidió ser una comerciante. Cuando ella apenas era una niña, nos comenta, su
pasión se encontraba en el arte, sin embargo, en la actualidad nos deleita a
quienes vivimos en san Bartolo, con unos deliciosos shawarmas. Doris inició con
este proyecto al volver del extranjero, tomando una decisión clave para su
vida; ella nos explica que gracias a este trabajo, ella ha podido pasar tiempo
suficiente con su familia y eso le ha brindado una satisfacción emocional, no
obstante la economía la ha limitado a darle a su familia una vida de
comodidades pero a su vez con esfuerzo y con cuatro años de dedicación se ha
convertido en propietaria de su casa. Nos ayuda a entender que un pequeño
proyecto nos puede cambiar una visión de vida, así nos explica Alex Chacón
(FUENTE) quien es morador del sector, dice: “el trabajo que uno mantenga, dice quiénes somos, y estas personas que
sales a las calles son personas luchadoras”.
Como lo
es Gabriel Loor, comerciante que lleva cuatro años laborando en Quito, hombre
emprendedor, que tomó la iniciativa de ser su propio jefe y arriesgó un trabajo
estable por el bienestar de su familia. Labora trece horas al día por mantener
un hogar estable. Eligió ser comerciante ya que le da tiempo para pasar con su
familia, convirtiéndose en un hombre emprendedor y cabeza de hogar. Busca
innovar en sus platos para llamar la atención de sus clientes, quienes ya son
fijos por lo que este comerciante nos brinda.
Nube Ordoñez
(FUENTE), frecuenta estos puestos al caer la noche, cansada de un largo día de
labores, nos comenta: “Admiro a estas
personas porque buscan su pan honradamente” adjunta que no es fácil salir a
las calles a vender comida, siendo un lugar frio, sin embargo, estas personas
se han caracterizado porque a pesar de encontrarse su puesto en la calle, es un
puesto acogedor y que brinda una comida deliciosa.
Nube nos
indica que ella también tuviera esta iniciativa, pues puede sustentarse de la
misma manera y buscando más tiempo con su familia.
DATOS: Estas personas han trabajado en
las calles como comerciantes a pesar de la lluvia y llevan varios años en este
trabajo, ahora piensan en superarse y ambos continúan estudiando, no pierden la
esperanza de que en un futuro puedan establecerse de mejor manera y puedan
llegar a tener un restaurante propio
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