por: Sebastián Paredes.
A pesar de no haber acabado la educación
primaria, los libros y la música fueron sus perennes aliados en el aprendizaje.
Su frugalidad y sencillez lo
caracterizó durante toda su vida, varias personas recurrían a él para asuntos
políticos o sociales sabiendo que el único título que poseía era el de lector
acérrimo.
Segundo Amadeo Vera Cruel nació
el 18 de julio de 1926. Muestra su rebeldía y su actitud siempre bohemia desde
su juventud, escapa de su casa en Bunche, a los 19 años, debido a un casamiento
forzado del cual no puede escapar; firma un documento que lo obliga a casarse,
pero, jamás vuelve a ver a su primera esposa. Según su hijo, Daltong Vera, va
hacia Esmeraldas donde Leticia Arias, su media hermana, la cual trabajaba para
Simón Platas Torres, acaudalado esmeraldeño, quien le ofrece techo y estudio,
pero con quien solamente vivirá durante un año.
Luego
de esta experiencia, comenta Ramón Vera, otro de sus hijos, empieza a sentir la
necesidad de auto educarse para no quedar en la ignorancia absoluta. Lee a
autores ecuatorianos como Juan Montalvo y Eugenio Espejo, de quienes obtiene
ideas por las cuales personas como Luis Alberto Raad Estrada, exdiputado o
Antonio Lara Quiñonez, dos veces alcalde de Esmeraldas; siempre acudían a él
para sus consejos e ideas que, quizás, cambiaron la vida de una sociedad
entera. Según Dalia Vera, su hija de 54 años, a los 24 años se establece en
Tonchigüe junto a Alba Paula Morante Olivo, hija de un terrateniente de Same de
clase alta.
Eterno bohemio,
guitarrista aficionado -pero excelente-, galán y dueño de una riqueza intelectual
sorprendente, muere a causa de, como su familia dice, la pena de haber perdido
a su único amor, “Albita”, como normalmente le decía a su esposa, en febrero de
2007. Descansa eternamente junto a ella en el pueblo que los vivió vivir,
Tonchigüe.
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