jueves, 11 de febrero de 2016

AMADEO VERA, ETERNO AUTODIDACTA


por: Sebastián Paredes.

A pesar de no haber acabado la educación primaria, los libros y la música fueron sus perennes aliados en el aprendizaje.

Su frugalidad y sencillez lo caracterizó durante toda su vida, varias personas recurrían a él para asuntos políticos o sociales sabiendo que el único título que poseía era el de lector acérrimo.
Segundo Amadeo Vera Cruel nació el 18 de julio de 1926. Muestra su rebeldía y su actitud siempre bohemia desde su juventud, escapa de su casa en Bunche, a los 19 años, debido a un casamiento forzado del cual no puede escapar; firma un documento que lo obliga a casarse, pero, jamás vuelve a ver a su primera esposa. Según su hijo, Daltong Vera, va hacia Esmeraldas donde Leticia Arias, su media hermana, la cual trabajaba para Simón Platas Torres, acaudalado esmeraldeño, quien le ofrece techo y estudio, pero con quien solamente vivirá durante un año.

Luego de esta experiencia, comenta Ramón Vera, otro de sus hijos, empieza a sentir la necesidad de auto educarse para no quedar en la ignorancia absoluta. Lee a autores ecuatorianos como Juan Montalvo y Eugenio Espejo, de quienes obtiene ideas por las cuales personas como Luis Alberto Raad Estrada, exdiputado o Antonio Lara Quiñonez, dos veces alcalde de Esmeraldas; siempre acudían a él para sus consejos e ideas que, quizás, cambiaron la vida de una sociedad entera. Según Dalia Vera, su hija de 54 años, a los 24 años se establece en Tonchigüe junto a Alba Paula Morante Olivo, hija de un terrateniente de Same de clase alta.

Eterno bohemio, guitarrista aficionado -pero excelente-, galán y dueño de una riqueza intelectual sorprendente, muere a causa de, como su familia dice, la pena de haber perdido a su único amor, “Albita”, como normalmente le decía a su esposa, en febrero de 2007. Descansa eternamente junto a ella en el pueblo que los vivió vivir, Tonchigüe.

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